domingo, 19 de abril de 2015

PRESENTACION DE BORRADORES DE DOCUMENTOS BASICOS

PRESENTACION DE BORRADORES DE DOCUMENTOS BASICOS





La Coordinadora Popular Metropolitana, la Asamblea Popular de Tláhuac, la Multilateral y el Encuentro Metropolitano de Asambleas Populares nos permitimos presentarle al proletariado, a las masas populares y a los intelectuales revolucionarios los borradores de los documentos básicos para que sean discutidos, analizados y enriquecidos en el Quinto Encuentro de Asambleas Populares que el día,  hora y lugar están por definirse.


¡Todo el poder a las asambleas populares! 
¡Por una nueva constituyente y por una constitución para el Distrito Federal! 
¡Contra las reformas estructurales neoliberales!
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
¡Así como se fue Aguirre, que se vaya Peña Nieto, que se vayan todos!



Propuestas de documentos básicos en el siguiente blog:



 


                                           NUESTRO PROGRAMA DE LUCHA                                                    
(Borrador)
En la década de los años setenta, se inicia la transformación neoliberal a nivel mundial en el marco de la tercera revolución industrial que se caracteriza por las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. En esta década también, presenciamos el ascenso al poder de las finanzas internacionales en el marco de la globalización.
En este contexto, a partir de 1982,  la gran burguesía mexicana y el imperialismo, principalmente estadounidense, impulsaron un nuevo modelo de acumulación capitalista, denominado neoliberalismo, que se fundamentó en el capital privado en detrimento de lo social, lo que obligó a varias reformas constitucionales y leyes secundarias de una nueva racionalidad de la acción del Estado Burgués cuyas actividades se han orientado y se siguen orientando a elevar las ganancias del capital impulsando la competitividad y la productividad de las principales ramas y empresas industriales del país con el fin de  insertarse en mejores condiciones al mercado internacional a través de la exportación, no sólo de materias primas sino principalmente de manufacturas, en una etapa de globalización del sistema capitalista mundial. El neoliberalismo, como veremos es “un proyecto de clase que trata de establecer el poder absoluto de clase, tanto económica como políticamente”.
La estrategia ortodoxa neoliberal contenida en el Decálogo del Consenso de Washington, las cartas de intención con el FMI y el Banco Mundial y los diversos planes de los gobiernos neoliberales desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, durante más de 32 largos años han tenido los  siguientes resultados, entre otros:


La oligarquía nacional financiera y el imperialismo, se convierten en la clase dominante y hegemónica; en el enemigo principal del pueblo mexicano.
Durante 32 años de neoliberalismo en México, la oligarquía nacional financiera y el imperialismo han desplazado- al interior del bloque de poder-a la gran burguesía industrial. En virtud de que a ésta última,  se le hace muy difícil la valorización del capital y por consiguiente, el incremento de la tasa de ganancia en el proceso de producción nacional. Por lo tanto, la oligarquía financiera mexicana y el imperialismo, asumen un papel hegemónico y pasan a determinar los modos de la política económica. Su lógica se impone a la propia del capital industrial. La prueba de ello, es que la economía mexicana  ha crecido, en promedio 1.85 por ciento del PIB en la fase neoliberal, debajo de la media de los países latinoamericanos, a pesar de que somos un país petrolero. La baja tasa de ganancia en el proceso productivo nacional se debe cotejar con una inversión que se va tornando más y más atractiva: la financiera o financierización de la economía. La oligarquía nacional financiera y el imperialismo, por lo tanto, tienen el predominio sobre el resto de la economía nacional. La financierización de la economía favorece las ganancias de estos enemigos del pueblo mexicano. Se retroalimentan e incentivan prácticas especulativas en el sector financiero en la perspectiva de incrementar sus ganancias rápidas, expeditas, que incrementan el valor de los activos financieros e incentiva posiciones de riesgo y acciones especulativas, que hacen que el sector financiero expanda su dinámica de acumulación y esfera de influencia. Desde enero de  2004 al 2010 el sector de servicios financieros creció por muy arriba de los otros sectores de la economía, como son: el sector agrícola y manufacturero. Por lo que la inversión en el sector financiero nacional y extranjero (banca y similares) suelen ser más rentables, especialmente si se aplica a la especulación bursátil. Por lo mismo, empieza a surgir una especie de “degeneración” del capital industrial: aplica sus fondos no en el espacio de la producción sino en el espacio de la especulación financiera.    
Las relaciones entre la oligarquía nacional financiera y el imperialismo por una parte y los pequeños y medianos capitalistas por otra, también sufren mutaciones respecto al periodo de industrialización sustitutiva y el Estado Benefactor. Hay fracciones del capital que se benefician y otras que se ven perjudicadas. Es decir, cambian las cuotas de plusvalía total que captan las diversas fracciones del capital. Es decir, aumenta el grado de monopolio y, por ende, las transferencias que fluyen desde los capitales medianos y pequeños a los más grandes y monopólicas. División que, a su vez, está muy cruzada por la distinción entre los capitales que trabajan para el mercado interno (aquí operan casi todas las empresas medianas y pequeñas) y los que se concentran en los mercados externos. Donde destacan las grandes empresas, en especial las mexicanas. En pocas palabras, se configura una estructura jerárquica de tasas de ganancia que favorece a las grandes firmas exportadoras.
Durante 32 años de neoliberalismo, el mercado interno se comprimió, cayeron los salarios, el gasto público y las importaciones se “comieron” buena parte de la demanda global. Las empresas  que pudieron crecer, fueron aquellas que pudieron vender afuera del país. Como hemos observado, en el neoliberalismo, el grueso de la capacidad exportadora se concentra en manos de las grandes empresas y el mercado interno deja de interesar como factor de ventas. A la gran burguesía nacional y extranjera, solo les interesa por el lado de los costos de la fuerza de trabajo, que serán tanto más bajos, mayor sea la desocupación y la falta de desarrollo industrial.
Gracias a este sistema capitalista, en su fase neoliberal (1982-2015), a la oligarquía nacional financiera y al imperialismo, se les dio y se les sigue dando a manos llenas ( y sino las arrebatan)  jugosas ganancias como nunca y paradójicamente se han incrementado gracias a las crisis recurrentes de dicho sistema, al grado de colocar a 30 oligarcas mexicanos dentro de los primeros lugares de los multimillonarios a nivel mundial; obviamente estos exigían y exigen continuidad del modelo neoliberal incluso llevarlo hasta sus últimas consecuencias, cueste lo que cueste.
A parte de los altísimos rendimientos que obtuvieron, mediante la especulación en la bolsa mexicana de valores, se le cedió a muy buenos precios la mayoría de los bienes de la nación. Puede decirse que alrededor de 3O grupos financieros y el imperialismo fueron los más altamente beneficiados con esta política de privatización, lo que solo propició una mayor concentración del capital en manos de grupos oligopólicos, a quienes se les enajenaron los bancos, teléfonos, las minas de cobre, las aerolíneas, la petroquímica, el hierro y el acero, en fin todo lo construido en muchos años se les otorgo en solo seis años de gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Después de este gobierno, se les sigue beneficiando a la oligarquía financiera y el imperialismo con la reforma energética, donde el gobierno les entrega en bandeja de plata al imperialismo y a la oligarquía nacional financiera todos los recursos naturales del territorio nacional, incluyendo el agua. Entre las reformas estructurales sobresale la realizada al sistema de pensiones, lo cual permite que tales fondos pasen a ser controlados y manejados por las instituciones financieras privadas y participen en la Bolsa Mexicana de Valores, para el beneficio de ellas, poniendo en riesgo el valor y el cumplimiento de las obligaciones de trabajadores. Las reformas laboral, educativa y financiera también son sumamente importantes, puesto que también contribuyen a la acumulación acelerada de capital y por consiguiente a la baja tasa de ganancia. Así también contribuyen al desempleo, la desvalorización y precarización de la fuerza de trabajo.  




  Crisis económicas y la decadencia del sistema capitalista-neoliberal en México
Pero no todo es vida y dulzura para la oligarquía nacional financiera y el imperialismo, puesto que las crisis económicas son inherentes al sistema capitalista y a pesar de que han sido escandalosamente beneficiados por el mismo, en su fase neoliberal, dicho sistema capitalista-neoliberal en México tiende hacia el derrumbe. Como hemos observado, las grandes empresas trasnacionales de origen nacional y extranjero que hemos citado arriba, tienen una gran composición que orgánica de capital y como consecuencia la tasa de ganancia tiende a descender. Por lo que se torna cada vez más difícil la valorización del capital existente. EL derrumbe del sistema capitalista, no se presentará como un proceso automático, sino como un resultado de tendencias y contratendencias (elevación del grado de explotación del trabajo, la reducción del salario por debajo de su valor, el abaratamiento de los elementos del capital  constante, el comercio exterior, la privatización de las empresas del estado, el saqueo de los recursos naturales, etc.) que influyen en el proceso de acumulación. “Este proceso de acumulación, dice Grossmann, se torna cada vez más difícil la valorización del capital existente; y si las tendencias contrarrestantes llegaran a debilitarse o a paralizarse, entonces la tendencia hacia el derrumbe adquiere predominio y se impone su validez absoluta como última crisis. En estos términos la insuficiente valorización del capital se corresponde con una situación de sobreacumulación.”

La estrategia neoliberal contenida en el Decálogo del Consenso de Washington, las cartas de intención con el FMI y los diversos planes de los gobiernos neoliberales desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, en su contexto de liberación y desregularización financiera, como hemos analizado, aplicaron dogmáticamente las políticas macroeconómicas de estabilidad-altas tasas de interés, disciplina fiscal y apreciación del tipo de cambio-, tendientes a contrarrestar la caída de la tasa de ganancia de la oligarquía nacional financiera y el imperialismo. Tal estrategia neoliberal, ha beneficiado principalmente a estas clases hegemónicas, que han descuidado el proceso de acumulación en el interior del país, por lo que se ha llevado a la economía a depender de las variables externas, colocándola en un contexto de alta vulnerabilidad.
Al estallar la crisis económica financiera en los Estados Unidos y al caer las exportaciones, así como las importaciones y capitales al país, se desestabilizaron los mercados y las variables macroeconómicas internacionales, y con ello a la crisis a la economía, ante la inexistencia de factores endógenos para encararla. 
El gobierno ha tratado de evitar fluctuaciones del tipo de cambio que puedan alterar las condiciones de confianza deseadas por el capital financiero que puedan desatar acciones especulativas. Al no tener la economía condiciones endógenas para ello, se establecen políticas macroeconómicas de estabilidad y reformas estructurales orientadas a ampliar la esfera de influencia del capital externo en nuestra economía, para estimular la entrada de capitales, tener reservas internacionales suficientes para estabilizar el tipo de cambio y mandar señales de solvencia al capital externo, en el sentido de que cualquier presión del sector externo y salida de capitales, no  afectara la estabilidad cambiaria o la convertibilidad a dicho tipo de cambio. En ello se ubican las políticas de autonomía del banco central y la disciplina fiscal, lo que va orientado a evitar presiones de demanda sobre precios y a abrir espacios de inversión al sector privado, para que fluya el capital al país, para viabilizar la estabilidad cambiaria y la reducción de la inflación.

Cuando una economía produce mucho excedente (lo que viene determinado por la alta tasa de explotación) y acumula muy poco, podemos hablar de parasitismo económico. Es decir la gran burguesía nacional y extranjera que se apropiaron del excedente, le dieron y dan uso primordialmente improductivo (banca, bolsa de valores e importaciones). En otras palabras, despilfarran el excedente y, por lo mismo, el alto excedente no se traduce en altos ritmos de crecimiento sino en una situación de estancamiento económico. En la fase industrialización sustitutiva, la acumulación fue de 33 por ciento y en la fase neoliberal de 14 por ciento; en cuanto a los gastos improductivos en la primera fase fue 67 por ciento y en la segunda 86 por ciento.

El Estado neoliberal-neofascista, la oligarquía nacional financiera y el imperialismo, persisten en mantener y perpetuar este sistema capitalista-neoliberal a toda costa y cueste lo que cueste, ya que les ha permitido hacer negocios lucrativos y rápidos como hemos observado a lo largo de la fase neoliberal  y no se han percatado o fingen no hacerlo de que dicho sistema económico-social cada vez sufre crisis recurrentes y tiende al derrumbe.



La crisis del sistema capitalista-neoliberal mexicano y las condiciones de vida de la clase obrera y las masas populares.
Un problema mayor es el del empleo. Un total de desocupados abiertos a llegado a casi a los tres millones. Y los subempleados giran en torno a los 3.8 millones. O sea, un total de 6.7 millones de personas. En porcentajes, la tasa de subocupados es de 8.7 por ciento y la de desocupados de un 6.2 por ciento. El total, equivalente a un 14.9 por ciento de la población económicamente activa. Además, en el periodo sólo sube la ocupación del sector terciario, en ramas improductivas y en unidades económicas ultra-pequeñas y marginales. En este sentido bien se podría hablar de pseudo-ocupados, cifra que llegaría alrededor de tres cuartas partes de la ocupación total. Por lo mismo, un cuarto de la ocupación, aproximadamente, sería la ocupada en el sector económico relativamente asentado (no precario) y moderno. Y ciertamente, esta situación o es sino reflejo de la muy débil tasa de acumulación con que ha venido funcionado la economía.
Con anterioridad a la irrupción de la crisis, la sociedad resintió los aumentos globales de los precios básicos, en especial alimentos y energéticos. Para fines de 2008, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimaba que casi 51 millones de mexicanos vivía en pobreza de patrimonio en el país y que cerca de 20 millones sufría pobreza alimentaria: 47.4 por ciento de la población no tenía ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. Esta medición, registraba una reversión de los índices de pobreza monetaria, y revelaba la aguda vulnerabilidad de la política social imperante.
En cambio para el proletario y las masas de trabajadores, la estrategia neoliberal y sus crisis cada vez más graves y recurrentes, trajo la implantación de una explotación cruel e irracional de la fuerza de trabajo y, como la que prevaleció en los orígenes de capitalismo y el desempleo que se deriva del proceso de la llamada “racionalización” y “modernización” de las empresas, las cuales por ahorrarse salarios y reducir costos hacen frecuentes recortes de personal, a la vez que aprovechan en su beneficio los míseros salarios que se consideran que no deben ser inflacionarios. En efecto, las políticas de privatización de la mayoría de las empresas industriales, comerciales, bancarias y de servicios del estado, provocar la precarización del trabajo asalariado, generaron recortes de personal en las oficinas del gobierno.  A su vez con la privatización muchas empresas paraestatales redujeron personal y no crearon plazas nuevas. Por otra parte eran tan bajos los salarios que mucha gente prefirió no trabajar que aceptar esos salarios que se consideraban indignos.
A partir de entonces los trabajadores han perdido una serie de derechos y conquistas históricas como el derecho al trabajo, a la seguridad social, a la educación pública y gratuita, a la salud, a la vivienda, a un salario remunerador, a la contratación colectiva, a la organización y al derecho de huelga, a la obtención de precios justos para los productos del campo, a la posesión colectiva de la tierra, etc. El neoliberalismo en México ha significado una modificación sustancial, contra revolucionaria de las relaciones de producción entre el capital y el trabajo, las cuales se legalizaron con la reforma neoliberal del artículo 123 Constitucional y de la Ley Federal del Trabajo.
Todo esto aceleró el desempleo abierto y disfrazado y fue el factor que generó una de las más graves consecuencias del neoliberalismo que aparte de la delincuencia se suma otro problema llamada economía informal.
No cabe duda que una de las más claras causas de la delincuencia, el narcotráfico y los indocumentados fue precisamente el desempleo y los salarios neoliberales. El antes obrero o empleado por necesidad hubo que transformarse en delincuente, en servir a narcos o irse de indocumentado. Muchos jóvenes poco acostumbrados a luchar prefirieron ser asaltantes de microbuses o de transeúntes o negocios, en lugar de aceptar 8 horas por setenta pesos diarios y bajo condiciones de explotación intensiva. En el mejor de los casos prefirieron atender algún puesto ambulante ganando prácticamente lo mismo que si trabajaran para un patrón. Como ellos mismos decían “gano lo mismo y no tengo quién me mande”.
El país lleva más de 32 años sufriendo el modelo neoliberal. Para la mayoría de la población (90 por ciento o más), los resultados han sido nefastos y se tornan aún más graves en la presente crisis. La exigencia o “necesidad histórica” apunta claramente al derrocamiento del sistema capitalista-neoliberal y al avance hacia un nuevo patrón de acumulación en un régimen democrático-popular que transite al socialismo.
En este contexto de globalización capitalista acelerada y de inminente sacrificio masivo de millones de mexicanos y latinoamericanos, como consecuencia de la presente crisis económica mundial, debemos plantearnos un proceso revolucionario con una perspectiva continental, es decir, tomar en cuenta también la lucha de clases en todo el continente americano, la correlación de fuerzas entre la gran burguesía financiera internacional y los trabajadores y pueblos americanos, así como los procesos revolucionarios de cada país, para planear en nuestro país la revolución y hacerla acompasar a la de otros pueblos americanos.



El Estado neoliberal es un Estado neofascista
El Estado de la revolución mexicana empieza a transformarse paulatinamente en Estado neoliberal-neofascista a partir de 1982, con el gobierno de Miguel Hurtado y la llegada del modelo económico neoliberal. EL Estado neoliberal-neofascista se nutrió con la experiencia de la clase política que conforma el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante las represiones al movimiento obrero, campesino y popular, el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971, culminando con la guerra sucia y en el periodo neoliberal se consolido y se fortaleció con la clase política de los Partidos PAN, PRD, VERDE, PANAL. Dichos partidos coexisten, en la actualidad,  para mantener la dominación de la maquinaria totalitaria del Estado sobre el proletariado y las masas populares. Así las cosas, el gobierno de Vicente Fox Quesada expidió el 31 de enero de 2005 la Ley de Seguridad Nacional. En el mes de abril de 2011, Felipe Calderón presentó su proyecto de dictamen de reforma sobre la misma a los grupos parlamentarios del PRI, del PAN y los otros partidos en la Cámara de Diputados para darle legalidad a su Estado Neofascista de facto y de esta manera justificar su guerra contrainsurgente contra el proletariado y las masas populares, su guerra contra el narcotráfico, la militarización y paramilitarización del país, la práctica sistemática de la tortura, las desapariciones forzadas, las ejecuciones sumarias y extrajudiciales, la prisión por motivos políticos y la criminalización de la protesta social. Esta ley le otorga la posibilidad al Presidente de la República para que solicite y declare la intervención de las fuerzas armadas en contra de “movimientos o conflictos de carácter político, electoral, de índole social o del trabajo”, cuando considere que “constituyen un desafió o amenaza” a la seguridad interior. También se les faculta a militares, a marinos y agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional para intervenir comunicaciones telefónicas previa orden judicial, realizar tareas de espionaje y seguimiento a presuntos miembros de la delincuencia organizada e integrar expedientes confidenciales, incluso de carácter político. Concede, por lo tanto, al Ejecutivo sofocar con el ejército, la marina y a otras tropas de choque, movimientos sociales  políticos, laborales y electorales; además decreta el estado de excepción en estados o municipios del país. Esta declaratoria de Estado de Excepción, no está sujeta a revisión y sus acuerdos no podrán impugnarse con una controversia constitucional.
La exposición de motivos de la Ley de Seguridad Nacional, incluye una definición muy libre sobre el estatus de guerra y de paz, al suponer que existe una “etapa intermedia” con la que justifica la intervención militar. La posibilidad de intervención del ejecutivo federal con operativos del ejército y la marina sin consultar a los gobernadores, a los Congresos de los estados y a las presidencias municipales. Además, la dictadura neofascista, puede detener, (secuestrar), interrogar (torturar), allanar, establecer retenes e investigar y la persecución de los delitos, que estas son atribuciones exclusivas del Ministerio Público. Precisamente este proyecto dictamen de la Ley de Seguridad Nacional de Felipe Calderón, el gobierno de Enrique Peña Nieto, ante la falta de legitimidad, lo está utilizando para continuar con la guerra contrainsurgente en contra del proletariado y las masas populares. De esta manera la oligarquía nacional y el imperialismo continuaran con su proyecto  de nación; es decir, con el neoliberalismo.   



Un nuevo Régimen Democrático Popular
Debemos reivindicar un Programa Democrático Popular, bajo la dirección del proletariado, que se proponga tareas democráticas, revolucionarias, nacionales e internacionales y socialistas para sacar a México del atraso económico, de la explotación de los trabajadores, de la pobreza, del terror y del miedo, de la violencia y la impunidad, de la tortura y la desaparición forzosa, de la corrupción, de la destrucción de la naturaleza y el saqueo de los recursos naturales, de la enajenación y de la ignorancia, de la falta de cultura, de la injusticia social y ancestral que sufre nuestro pueblo conjuntamente con los trabajadores y pueblos de todo el mundo, y en particular de América Latina, avanzar en el proceso de la globalización proletaria continental y mundialización de las luchas, como una necesidad del desarrollo del capitalismo, que socialice, en beneficio de todos los seres humanos frutos de la modernización científico-tecnológica y vaya sentando las bases para construir una sociedad sin clases y sin fronteras.
Ante esta situación, nuestra organización promueve un Programa Mínimo, una fase de transición del capitalismo al socialismo, es decir una revolución democrático-popular, que si bien se propone la expropiación y la socialización de los grandes medios de producción  en poder de la oligarquía nacional financiera y el imperialismo, no expropiará todos los medios de producción en general, por  lo que dicha revolución no tendrá todavía un carácter socialista. Esta revolución democrático-popular respetará la propiedad de algunos sectores de burgueses pequeños y medianos a los que buscará ganar y neutralizar con el fin de aislar al máximo a nuestro enemigo principal y en un proceso paulatino ir sentando las bases económicas, políticas, ideológicas y sociales para pasar a la etapa del socialismo.
La revolución democrático-popular será la primera etapa de la revolución socialista, pues creará las premisas económicas, políticas, sociales e ideológicas para pasar al socialismo, pues si bien en esta etapa no desaparece la propiedad privada de los medios de producción en general, si se socializarán los sectores estratégicos de la economía nacional, los cuales pasarán a ser propiedad del nuevo Estado, el cual estará bajo la dirección y la hegemonía del proletariado, de ahí el carácter proletario de la revolución. En todo este proceso de lucha por el socialismo y por la conquista del poder político por el proletariado y las masas populares, necesitamos ir estableciendo el poder proletario y popular en cada territorio y en todos los sectores de la sociedad.



El socialismo
El socialismo es el intento humano de “superar y avanzar sobre la etapa predatoria del desarrollo humano” Einstein. El socialismo es una larga etapa histórica de transición entre el capitalismo y el advenimiento de una sociedad sin clases sociales, es una larga etapa histórica en donde los millones de trabajadores del campo, la ciudad y del mar tendrán el poder político y económico en sus manos e irán creando las condiciones materiales e ideológicas para crear un mundo sin pobres ni ricos, sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores. En esta sociedad socialista no se producirá  para el mercado, sino para satisfacer las necesidades del proletariado y las masas populares. Se practicaran los principios de comunidad e igualdad. Entendiendo por comunidad “que a las personas les importe y, cuando sea necesario y posible, se preocupen por la suerte de los demás. Y  también que les importe preocuparse unos por los otros”. Gerald A. Cohen.


El comunismo
La CPM, la AP-Tlahuac, la Multilateral y el EMAP, como Programa Máximo, se plantean como meta, el comunismo: un mundo sin clases sociales, sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos, sin pobres ni ricos; un mundo donde haya desaparecido la oposición entre el trabajo intelectual y manual; “ cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su  bandera: ¡De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades! Carlos Marx); un mundo libre donde el hombre pueda desarrollar sin límites sus potencialidades físicas y espirituales y pueda alcanzar la felicidad y la autorrealización.
El único medio capaz de liberar a las masas populares de la explotación, de la violencia y el terror, de la opresión, la injusticia y la antidemocracia prevalecientes y de garantizar la plena soberanía e independencia nacionales es la revolución democrático-popular, la instauración de un nuevo Estado y una nueva República Democrático-Popular dirigidos por el proletariado. ¿Por qué por el proletariado? Porque es la clase más consecuente y revolucionaria; sólo vive de la venta de la fuerza de trabajo y es la clase que representa las nuevas relaciones de producción socializadas. Por esta razón, es la clase que puede dirigir la revolución proletaria para derrotar a todas las clases enemigas del pueblo, construir una sociedad diferente que es el socialismo y llevar la revolución hasta su meta final: el comunismo.



PROGRAMA DE LA REVOLUCION DEMOCRATICO-POPULAR
Por todo lo anterior, nuestra organización asume y se propone llevar a cabo en la presente etapa del proceso revolucionario de nuestro país, el siguiente Programa Democrático Popular, el Proyecto de Nueva Nación que tendrá como fundamentos:


A.      DE UN NUEVO CONGRESO CONSTITUYENTE.
La convocatoria a un nuevo Congreso Constituyente para elaborar una nueva Constitución Política, sobre los siguientes principios y bases:
1.- El Congreso Constituyente se propone la disolución del actual Estado capitalista neoliberal y sus instituciones antidemocráticas que solo sirven a los intereses de la oligarquía nacional financiera y al imperialismo coligado; el ejército, la marina,  el CISEN, los cuerpos policiacos y los paramilitares; el Congreso de la Unión; el sistema electoral y de partidos; el corporativismo de las organizaciones de los trabajadores del campo y la ciudad, el presidencialismo y el sistema venal de justicia imperante.
2.- Que este Congreso Constituyente está conformado por representantes de todas las organizaciones políticas, sociales, civiles, de derechos humanos, ecologistas, de género y de todas las clases y sectores sociales excluidos y oprimidos de toda la República Mexicana que haga suya la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
3.- Debe asumir la defensa de la soberanía nacional: la  autoridad suprema del pueblo de México para decidir el destino de la patria. Defender el principio de la libre determinación de los pueblos, el respeto y solidaridad entre las naciones y la solución pacifica de los conflictos entre los países. La defensa de su territorio, sus recursos naturales, su historia, su lengua y su cultura. La defensa, el reconocimiento y pleno ejercicio de los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas como parte de nuestra nación multiétnica y pluricultural.
4. La reivindicación de una República Democrática Popular. Que el pueblo de México ejerza su soberanía y su poder por medio de un Consejo Nacional del Poder Popular (CNPP). Que la base del Consejo Nacional Popular serán los Consejos Municipales. Que las Asambleas  de barrio, colonia, ejido, comunidad, pueblo y sector: obreros industriales del campo y la ciudad y los mares, trabajadores del comercio, la banca y los servicios, campesinos pobres e indígenas, estudiantes y profesores, de jóvenes y mujeres, de la diversidad sexual, etc… eligen a sus delegados a los Consejos Municipales. Que los Consejos Municipales eligen a sus representantes para la constitución de los Consejos Estatales. Que los Consejos Estatales eligen representantes para el Consejo Nacional del Poder Popular.
5.- Que todas las elecciones serán por voto directo y secreto. Que todos los representantes podrán ser revocados en cualquier momento por la mayoría simple de los electores. Que los representantes no podrán ganar un salario mayor a  un obrero calificado. Que los Consejos a todos los niveles se regirán por el principio de la dirección colectiva y la responsabilidad limitada. Que la toma de decisiones estará regida por el principio de democracia centralizada, deliberativa y participativa. Que tengan disposición participativa, disposición a ejercer sus potencialidades y a interesarse por los asuntos públicos.
6.-Que el Consejo Nacional del Poder Popular concentrará en sus manos el Poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, así como el control de las fuerzas armadas y milicias populares. Que debe haber una renovación general de las fuerzas armadas, destituyendo a todos los mandos superiores, castigando a los responsables de la represión y la guerra sucia y eliminando el fuero que gozan. La eliminación de los agrupamientos de fuerzas especiales contrainsurgentes. Que las funciones de seguridad pública serán realizadas por las milicias populares.
7.-Que el Poder Ejecutivo se ejercerá por medio de un Consejo de Ministros, conformado por las distintas Secretarias de Estado del ramo, designados por el CNPP. Quien será el encargado de administrar los bienes de la Nación y planificar el desarrollo económico de tal forma que garantice un crecimiento sostenido y armónico entre todas las ramas de la producción. Que el Consejo de Ministros tendrá como prioridad inmediata la satisfacción de las necesidades más apremiantes de la población.
8.- Que el Poder Judicial se ejercerá por medio de un Consejo de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, designados por el CNPP. Se tendrá una supervisión estricta sobre los Agentes del Ministerio Público y Jueces. Los juicios se desarrollarán mediante Tribunales Populares. Que una de sus prioridades será el combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada.
9.-Impeir mediante la vigilancia del pueblo la burocratización del nuevo Estado y de las Organizaciones Sociales con el fin de evitar políticas y prácticas que nos lleven a una regresión.
10.-Serán confiscadas todas las grandes fortunas de los ex funcionarios del Estado Burgués reintegrándolas al Erario Público.



B.      DE UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO ECONÓMICO
1.- La rectoría y planificación económica quedará a cargo del nuevo Estado mexicano.
2.- La eliminación de todas y cada una de las reformas estructurales neoliberales.
3.- La nacionalización de las empresas monopólicas, de las ramas estratégicas de la economía; de los bancos, instituciones de servicios financieros y aseguradoras; de las grandes cadenas comerciales y la creación de redes estatales de comercialización y almacenes generales de depósito. La nacionalización y distribución de los latifundios entre los campesinos pobres.
5.- El fortalecimiento y desarrollo de la pequeña y mediana empresa en el campo, la ciudad y las costas. Sometiendo sus planes de inversión y producción al control administrativo de los trabajadores. El fortalecimiento de la producción social en el campo mediante el impulso de la producción cooperativa en los barrios urbanos, los ejidos, las comunidades indígenas y los campesinos pobres. El apoyo en maquinaria y equipo, asesoría técnica y adquisición de fertilizantes. El impulso a la agricultura orgánica y el rechazo a las semillas transgénicas. El desarrollo de redes de comercialización directa entre productores u consumidores. La creación de cajas de ahorro y bancos solidarios entre la población.
6.- Al impulso y desarrollo de la infraestructura carretera, portuaria y aeroportuaria y de represas. Al incremento de la inversión en servicios públicos de transporte, agua, luz, drenaje, pavimentación, etc… en todas las poblaciones del país.
7.- La cancelación de la deuda externa e interna, especialmente de la adquirida por el rescate bancario (IPAB/Fobaproa), carreteras y azucarero.
8.- El aumento del presupuesto destinado al gasto social.
9.- Al impulso sostenido del mercado interno.



C.      DE LOS DERECHOS SOCIALES.
La nueva Nación y la nueva Constitución preservaran los siguientes derechos sociales fundamentales para todos los mexicanos:
1.- A participar en la administración y planificación de la producción de las empresas industriales, bancarias y de servicios, comerciales y agropecuarias nacionalizadas. A participar en la discusión, análisis, reflexión y análisis de los grandes problemas nacionales. A desplegar una gestión democrática, deliberativa y participativa en todos los ámbitos de vida de la sociedad.
2.- A un trabajo digno y socialmente útil. A un salario suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe  de familia en el orden material, social y cultural y para proveer la educación de sus hijos.
3.- Al establecimiento de centros comerciales con productos a bajo precio.
4.- A una jornada máxima de trabajo de 6 horas. A percibir salario igual por trabajo igual. A recibir capacitación para el trabajo. A trabajar en un ambiente seguro e higiénico. A dos días de descanso por cinco de trabajo.
5.- A vacaciones pagadas de cuando menos veinte días hábiles por año. Al derecho de asociación para la defensa de sus intereses comunes. Al derecho de huelga. Al derecho a la manifestación de las ideas. Acceso a los medios de comunicación por parte de las organizaciones del pueblo.
6.- A poseer una vivienda digna y decorosa. A implantar una reforma urbana que comprenda la expropiación a los grandes fraccionadores, casatenientes e inmobiliarias y planificación de desarrollo urbano con la participación directa de los pobladores.
7.- A la seguridad social: a pensiones de invalidez, de vejez, de vida, de cesación involuntaria en el trabajo, de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo, de descanso para las mujeres embarazadas previo y posterior al parto, de servicios de guardería, de asistencia médica y medicinas gratuitas para los familiares y todos los mexicanos. Eliminación del carácter mercantilista de la medicina y rescate e impulso de la medicina alternativa a la luz de los avances científicos.
8.- A una educación gratuita y laica a todos los niveles: democrática, nacional, basada en los progresos del conocimiento científico y ajena a toda creencia religiosa: contribuirá a desarrollar los ideales de fraternidad, libertad e igualdad de derechos de todos los hombres. A una reforma educativa y cultural que garantice el acceso a la educación, cultura, deporte y recreación para todos los mexicanos. La erradicación del analfabetismo.
9.- A renovar y construir la nueva infraestructura necesaria para el bienestar y desarrollo de la niñez, de los ancianos y minusválidos, cuidando y respetando sus derechos. 
10.- A hacer realidad la emancipación de la mujer en todas las esferas de la actividad social. Plena igualdad y equidad de derechos y oportunidades entre ambos sexos. El derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo y a planificar su vida. El combate al hostigamiento, abuso sexual y castigo severo a los violadores.
11.-  A la plena autonomía y respeto a las formas de gobierno, usos y costumbres de los pueblos indígenas. Apoyo material y social con el objeto de posibilitar su incorporación al proceso de transformación democrática de nuestra Nación,  según se establece en los acuerdos de San Andrés.
12.-  A garantizar la separación entre la iglesia y el Estado. A respaldar la libertad de creencia religiosa que más le agrade a la persona, en los templos o en su domicilio particular.
13.- Respaldo pleno a la lucha por el respeto a los derechos humanos, culturales, laborales y políticos de los trabajadores mexicanos que laboran en otras partes del mundo. La protección a los derechos de los migrantes. El respeto irrestricto a los derechos humanos. 
14.- Pleno respeto a la diversidad cultural, racial, sexual, generacional, etc…
15.- Y el respeto, cuidado y protección de la naturaleza: de la tierra, el agua, el aire, los bosques, las plantas, los animales, etc…


D.      DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Proponemos como lineamientos de política exterior:
1.-  Por un nuevo orden mundial basado en la justicia, la paz, la dignidad, la democracia y la sustentabilidad.
2.- La defensa de la doctrina estrada.
3.- La cancelación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Al Acuerdo para la Seguridad y Prosperidad y a la Iniciativa México. El rechazo al Plan Puebla Panamá y el Plan Mérida.  
4.- El impulso de la integración económica Latinoamericana y el Caribe y la creación de un Mercado Común.
5.- La creación de una gran Nación, fraterna y solidaria, con todos los pueblos del de América Latina y el Caribe.
6.- El rechazo a cualquier tipo de intervención directa o indirecta en la vida política de nuestro país. La abrogación de todos los tratados públicos o secretos de asistencia o cooperación militar o policiaca, como el adiestramiento  de cualquier grupo de fuerzas especiales contrainsurgentes. El rechazo a ser contemplados dentro del esquema estratégico de defensa de los Estados Unidos, a ser incluidos dentro del Comando de Defensa Norteamericano.
7.- En contra de la expansión militar y las guerras imperialistas.
8.- La redefinición de nuestros vínculos con la Organización Mundial de Comercio, la OCDE, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
9.- Pugnaremos por una mayor democratización de la ONU, eliminando el Consejo de Seguridad y el Derecho de Veto que actualmente tienen cinco nacionales.
10.-  Generaremos lazos de cooperación, solidaridad, fraternidad con todos los pueblos de la tierra que luchan en contra del imperialismo, creando una nueva asociación internacional de los trabajadores y por la construcción de una sociedad justa, libre y democrática, una sociedad verdaderamente humana donde todos los hombres puedan satisfacer plenamente todas sus necesidades físicas y espirituales.


F R A T E R N A L M E N T E

ENCUENTRO METROPOLITANO DE ASAMBLEAS POPULARES
CORDINADORA POPULAR METROPOLITANA
ASAMBLEA POPULAR DE TLAHUAC
LA MULTILATERAL